"Como lo pronosticó Baigorri, hoy llovió", este era el título de tapa que mostraba
la 5ta del diario Crítica el 2 de enero 1939, hace ya tres cuartos de siglo. Pero
había más, Baigorri no pronosticaba la lluvia, Baigorri la producía con su "máquina
de hacer llover".
Juan Baigorri, oriundo de Entre Ríos, fue ingeniero geofísico por la universidad de
Milán, en virtud de su profesión recorrió varios continentes, hasta que por los años
30 retornó al país y se instaló en una casa de la porteña Villa Luro. En el altillo
de la casa instaló un curioso aparato que tenía la capacidad de producir lluvia. Fue
inventado por Baigorri y originalmente pensado para trabajos de exploración geológica.
Tal era el uso que le daba, pero durante trabajos realizados años atrás en Bolivia,
comenzó a notar otras peculiaridades del aparato, este parecía convocar una aguacero
en las inmediaciones cada vez que lo manipulaba.
Mantuvo siempre en secreto planos y detalles pero sostenía que las ondas
electromagnéticas y radiaciones que tal caja debía producir, tenían la virtud de
atraer las formación de nubes y finalmente la lluvia es inevitable. Eran años en que
las "ondas electromagnéticas" fascinaban profundamente a las personas y convocaba
fantasías y realidades: armas letales como el "rayo de la muerte", tratamientos de
enfermedades, y por supuesto la radio, la maravillosa comunicación inalámbrica que
inaugurara Marconi dos décadas atrás.
Baigorri fue muy popular en esos años y aceptó desafíos con resultados diversos, el
más atrevido fue provocar lluvias en la localidad de Pintos, Santiago del Estero,
pero el más llamativo fue durante el naciente 1939. Una polémica había nacido entre
Baigorri y el director de meteorología que lo trataba de farsante. Baigorri en un
alarde de seguridad le envió al director un paraguas con una tarjeta que decía "Para
que lo use el 2 de enero". Esa mañana comenzó sin brisa y apenas con nubecitas, pero
ha medida que avanzaba la tarde el cielo se cubrió de nubes, primero grises y luego
negras; luego gotitas y finalmente aguacero violento.
Baigorri murió en 1972 a los 81 años. Nunca se supo del destino de aquella máquina,
tal vez pidió que fuera encendida por última vez durante su entierro. Ese día también llovió.
Esta nota fue escrita el 2 de enero
del 2014, cuando tras largos y agobiantes días de 38ºC finalmente llovió
torrencialmente. ¡ Salud Ing. Baigorri !.
-Referencias. Diario Clarín 17 de junio de 2002, columna Memorias de H. Gambini.
-Crítica 5ta edición, 2 de enero de 1939.
-Grandes inventos y grandes inventores. Autor L.de Camp.